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Categoría: reflexiones

¿Y después de la ITE, qué?

Tras asumir con normalidad el concepto de ITE, inspección técnica de edificios, con igual normalidad podemos entender cómo tras la ITE se esconde un plan organizado para ahorrar:

Un plan que nos puede ayudar en tres aspectos

  • Ahorrar evitando deterioros.
  • Ahorrar mejorando la eficiencia energética.
  • Revalorizar el edificio mejorando la accesibilidad.

Pero sobre todo es un plan de ahorro porque tras pasar la ITE tomamos el compromiso de cuidar el edificio con un mantenimiento programado.

  • Prevenir resulta siempre más económico que reparar los daños ya ocasionados.

La herramienta establecida para ello es el Plan de Uso y Mantenimiento.

El Plan de Uso y mantenimiento es, en realidad, una parte de lo que conocemos como el Libro del edificio.

El Libro del edificio se redacta para nuevas edificaciones y, además del Plan de uso y mantenimiento, se complementa con toda la información derivada de la nueva construcción.

El Plan de Uso y Mantenimiento recoge las instrucciones básicas para el mantenimiento y, junto con un calendario, facilita la preparación de las tareas de mantenimiento y la toma de decisiones. Para completar la información, conviene recogerse datos acerca del edificio, sus características y el funcionamiento de las instalaciones mediante descripciones acompañadas de soporte gráfico.

Puesto que un edificio evoluciona a lo largo de los años, será importante un seguimiento oportuno que permita ir gestionando el Plan de mantenimiento, y dejar constancia de las distintas actuaciones tanto dentro del plan de mantenimiento como por respuesta incidencias acaecidas.

Será la responsabilidad del Propietario, o persona en quien delegue:

  • Llevar a cabo el plan de mantenimiento para conservar el edificio encargando al técnico o a las empresas competentes las labores de mantenimiento, reparación y control.
  • Recibir y transmitir la documentación de cualquier intervención, tanto de mantenimiento y reparaciones ordinarias, como de incidencias extraordinarias.
  • Mantener actualizado el registro referente al mantenimiento y reparación, y a las incidencias.

Pero, además, puesto que las intervenciones, ya sean programadas o fortuitas, pueden alterar tanto el procedimiento para el cuidado como su periodicidad, es importante una actualización de las informaciones contenidas en el Plan de mantenimiento.

La persona adecuada es el Técnico de mantenimiento, que pondrá en valor el Plan adaptándolo a cada caso y colaborando con la propiedad y la administración en pos de una mayor rentabilidad de las tareas rutinarias de mantenimiento.
Todo ello para dotar a nuestros edificios de mayor confort, seguridad y durabilidad.
Además al cabo del plazo legalmente establecido de diez años, una nueva ITE servirá de auditoría sobre el mantenimiento realizado.

Crisis what crisis?

Los gastos inesperados del mantenimiento o la actualización a las cada vez más abundantes normas de edificación, puede traernos más estrés y dolores de cabeza cuando falta una hoja de ruta y una previsión.

A menudo, elegimos invertir en lo que decidimos, en lo urgente o prioritario para salvarnos en un momento dado, sin darnos cuenta de que en realidad estamos inventando la realidad o la necesidad. Así relegamos a una segunda fila gastos que a priori están fuera de nuestras necesidades primarias: gastos del cuidado y mantenimiento, ya sea de nuestra salud, vehículo o vivienda.

¿Cuál es tu prioridad?
¿Quieres mantener sus condiciones básicas fundamentales?

Para que estas condiciones básicas permanezcan, actuemos desde el presente. Con la ayuda del Plan de uso y mantenimiento del edificio invertimos en algo económico: mantener y reparar periódicamente pequeños aspectos. Vamos poniendo el edificio en marcha. Evitamos gastos mayores debido a sorpresas, imprevistos, incidencias, y el inevitable deterioro por el mero paso del tiempo. Si por ejemplo, un seguro no cubre una incidencia por una “manifiesta falta de mantenimiento” como puede ocurrir con las goteras en el techo del ático, pensemos que nos estamos equivocando en algo: la ausencia de revisiones del tejado, del estado de las tejas o la capa de impermeabilización entre otros, y el desconocimiento sobre su situación, puede suponer una entrada de agua. Puede dañarse la estructura de soporte de la cubierta y los revestimientos interiores del techo de la vivienda bajo cubierta. Una patología así, una simple teja que se ha desplazado, la falta de conocimiento sobre su situación o el descuido, trae costes y reparaciones mayores que afectan a más elementos constructivos.

Un cambio de conciencia es necesario.

Elegir la inversión más conveniente para mantener las prestaciones de nuestras viviendas.