Anticiparse y evitar improvisaciones mayores
Programar y gestionar que se realicen pequeñas revisiones periódicas, para evitar problemas mayores.
Revisar la limpieza de canalones, frente a desconocer su estado y probables limpiezas de urgencia, desbordamientos de agua, desprendimientos, daños a terceros.
Calendario y protocolo de actuaciones, con la fecha recomendada u obligatoria para acometer la tarea preventiva de los elementos que componen el edificio.
Controlar que se limpian y revisan las arquetas y desagües (interiores y exteriores), para evitar desatascos urgentes con posibles daños de inundación.
Vigilar los revestimientos y corregir el problema preventivamente, frente al envejecimiento prematuro, la filtración de agua y la desprotección térmica y acústica.
Actuar según establecen las inspecciones planificadas, en lugar de dejar que los agentes atmosféricos deterioren el revestimiento y ataquen a elementos estructurales.
Fichas de pedido detalladas, que ayudan a contratar en igualdad de condiciones entre diferentes empresas mantenedoras.
Información gráfica útil que puede ayudar en casos de emergencia. Conocimiento y registro de la ubicación de las llaves de corte, cuadros de control o armarios comunitarios.
Mantener convenientemente los remates constructivos, frente a prolongar el peligro de desprendimientos por deterioro del revestimiento.
Limpiar con la periodicidad adecuada los alfeizares, frente a dejar que la acumulación de agua produzca abandono, infiltraciones y desperfectos.